TARDE DE ACACIAS Y RECUERDOS
Nombrarte
no conforma tu ausencia
en tangible.
Así cercena la voz al tacto,
así deshace la palabra al tacto.
así, esquivo y trémulo, el tacto.
No estás por mucho que te enrede
entre esta noria de simplezas, no,
aunque cierre los ajos y me ausente
entre guiños compasivos.
En la penumbra, a veces,
precavida colisiono
los anhelos con certeza,
y respiras, de algún modo impermanente
para ese único instante.
Pero no estás, y ya no me queda tiempo
para marcar distancias entre
la lucidez y el sueño.
No me queda voz, ni tacto,
ni una invisible tarde
a la que adherir
a la que adherir
de acacias y recuerdos.
©Concha González.