domingo, 24 de marzo de 2013


LA PRESENTE AUSENCIA

En todo momento
me distraigo con su ausencia.

No precisa de artilugios ni artificios
para hacerse un hueco entre mis días.

Aparece sin más
y yo le amparo

incluso
le doy explicaciones del estado de mi ánimo
cuando alcanza  aromas de desánimo
y también  le comento
sobre mi estado de desánimo
cuando exhala aromas propios.

El cómo horada entre mis días
es algo incierto e insondable

el porqué
sencillamente irracional e impensable

y el cuándo... 
el cuándo se convierte 
en la más poderosa de las armas de doble filo
ya que
con su ausencia me asfixio
y sin ella
ni tan siquiera existo.

©Concha González.
Imagen propia©

4 comentarios:

  1. Las ausencias paren desánimos y apadrinas poemas como éste tuyo, tan hondamente existencial. Tienen su aquel, las ausencias. Te lo dice alguien habitualmente ausente de sí mismo. Abracitos.

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  2. Supongo que así es, querido Amando. Somos ausencias y presencias en continuo desorden. Un gran abrazo y gracias por tu atención.

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  3. Jo!, nunca había leído un poema tan intenso dedicado al teléfono móvil.

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  4. Ja, Ja ,Ja...qué acierto el tuyo Fernando, qué acierto. Un abrazo compañero.

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