domingo, 28 de octubre de 2012

LA CASA


LA CASA

Esa casa que guareció con celo
nuestros dispendios...

tejados rojos, negros misterios,
tu y yo, nuestro silencio
descubriendo paréntesis apátridas,
fronteras sin cimientos...

fiel a sus muros ciegos
a sus ornamentales arcos
esos
por donde se cruzaban a menudo
posibles y encandiladores sueños

perra guardiana de un tiempo inconexo,
inmutable, inverso,
tiempo
que cruje al paso
de olvidos despedazados
por afiladas zarpas
de horas disecadas.

Esa casa
donde pasados sin presentes,
presentes sin futuro
vivieron lento, murieron proscritos.

Por sus luceros acristalados
contemplábamos la luz de los días.
Las noches aún pertenecían a sí mismas,
a su irrealidad, a su mentira,
a su inhóspita  ceguera,
a su eternidad sin reglas.
Con el despertar del alba
se acostumbraban tus ojos,
también los míos,
a la claridad más nítida, presente
entre presentes, la realidad
más solitaria y esquiva.

Así fue
como aquella casa,
a pesar de todo,
permanecía erguida.

A pesar de todo;
de sufrir un desahucio
sin nombres, ni esperas, ni letras.
A pesar de todo, todavía
me temo,
habitamos en ella.

©Concha González.
Imagen tomada de la red.

martes, 16 de octubre de 2012

La rebelión.



LA REBELIÓN

No recuerdo con exactitud
el momento de la rebelión.

De las carencias infringidas
a fuerza de Ley y Espada,
guardo un semblante anónimo,
la cara y su cruz fundidas
en promesas desarraigadas,
el anverso y su reverso estrellados
contra  manos desatadas.

Soñar arrastra a pecar.
Pecar arrastra a soñar.

En ese juego vituperable
de afrentas y sueños sordos,
de vidas nuevas
envejecidas por tiempos
encorsetados, rigurosos...
nadie gana,  pierden todos.

Al dado loco
de las cuatro caras
se le borraron los puntos,
los números, las almas.

El mundo gira,  la vida sigue.
La lluvia cala las ropas
del que camina vestido.
Nadie desnuda su cuerpo
al comenzar la insania
de los cielos nuevos.

La memoria duerme en silencio
arropada bajo un manto de causas
y, despierta, en silencio también,
cuando el manto claudica
de abrigarla.
En el frío despereza
el  aliento que de vaho disfraza
los ojos irredentos
por los que todas las miradas pasan.

No recuerdo el momento exacto
de la rebelión,
pero sí
las armas.

© Concha González.
Imagen tomada de la red.


sábado, 6 de octubre de 2012

SONABA



SONABA

El tiempo se dejó oír.
Inesperadamente abrió las compuertas
de una ausencia mentirosa
y se dejó oír.
Sonaba
como suena el ladrón
en la noche,
la sonrisa
en labios anegados de reproches,
el miedo
en las pupilas de unos ojos
invidentes.
Sonaba zaherido,
como réquiem entonada
en los silencios pálidos
de una muerte inexperta, disonante,
ausente.
Sonaba y se dejó oír.
y su inesperada voz
se rindió a los pies
de una existencia
que esculcaba
las presencias verdaderas, efímeras,
perecederas.
Inesperadamente lacró
con su terrenal esencia
las compuertas abiertas
de aquella ausencia mentirosa.

©Concha González.
Imagen tomada de la red.

viernes, 5 de octubre de 2012

DESPERTÉ


DESPERTÉ

Desperté
de un sueño de semi inconsciencia.

La imponderable droga
de banalidad, mundanalidad,
hipocresía, bocas vacías de fondo y forma...
narcotizaba el tiempo efímero, 
préstamo de vida en esta vida.

Y pude ver 
con ínclita claridad,
a un mundo que planeaba, día tras día,
sobre futuros sin cimientos. 
También,
como caminaba a la vera
de atávicos precipicios traicioneros.
Como asentía y consentía ecléctico,
que deslealtades abrigadas
con pieles de zorros hambrientos,
libaran su esencia.
Como observaba sin ver,
con ceguera de muerto,
que nada ni nadie era eterno
en cuerpo y palabra.
Como gritaba emulando llantos ajenos
arropado por  invisibles silencios.
Como exhalaba frescos alientos
para que más tarde el hombre
los transformase en fétidos y macilentos.
Como expoliaba su propio oro y riquezas
con manos humanas manchadas 
de egoísmos acérrimos.
Como agonizaba en secreto;
secreto que a voces clamaba
por ser descubierto.

Pude ver 
que sus pies
ya no tocaban suelo... levitaban
al ritmo del miedo.

En mi visión semi inconsciente
el mundo yacería frío e impertérrito,
humillado, maltratado,
a los pies del universo.

Desperté.  
Había sido, tan solo, 
un mal sueño.

©Concha González.
Imagen tomada de la red.