sábado, 29 de septiembre de 2012
PEREZA
PEREZA
Nunca he tenido
como propósito de enmienda
castigar a la pereza
soñando a lo loco, dicotómicamente,
mientras hablamos
el lenguaje común
de los simios encadenados,
mientras saltamos a la patacoja
por estrechos tramos,
mientras respiramos entrecortadamente
humos malhumorados.
Su languidez y abulia
conserva el entretenimiento arcaico
de los juegos de naipes
de los domingos por la tarde.
Reclama con usura renegada
del sentir de un propio ser
a manos de sí mismo,
los aromas embriagadores
de jardín del Edén,
sus eternas e imperecederas frutas.
Nunca lo he tenido
como propósito de enmienda,
pues es en su semántica criticada
donde ubico
los terrenos en barbecho,
el ser genuino, el alma en presente,
los caminos cansados
que abrazan el vuelo
del pájaro liberado.
Nunca he tenido ni tendré
como propósito
castigar a la pereza.
©Concha González.
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