lunes, 23 de abril de 2012

LA LLUVIA

Si la lluvia adormeciera tus pies,
sostendrías la mar entre tus dedos,
para saberte en un todo invisible
para acurrucarte por siempre a su seno.
Así, pétrea y párvula, anochece.
Así, confiada y sola, amanece.
El tiempo inexorable se ubica en su sitio,
mientras tú claudicas del tuyo
y sueñas.....
y tus sueños se transforman en humo entre fuegos.
Claudicas del tiempo
olvidando su mortalidad
evitando rozar su cuenta atrás.
Pero la lluvia despierta los campos,
refresca los vientos
y apaga las llamas de anteriores fuegos.

Concha González©

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